SOBRE LAS IMPLICANCIAS DE 60 PIES DE CALADO EN EL PUERTO DE RIO GRANDE (BRASIL)

 

Por Alfredo Armando Aguirre

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En los diferentes quehaceres hay magnitudes, que provocan conmoción al entendido en el respectivo quehacer. Así en los ámbitos del atletismo y la natación, el aficionado suele saber el valor de una marca para una determinada especialidad.

Esto viene al caso, porque nos llama poderosamente la atención, un proyecto en marcha, por el que se prevé dotar al puerto de Río Grande, en el sur de Brasil, de una profundidad de sesenta pies(alrededor de 18 metros).

Aunque la historia reciente de nuestros países, ha devaluado la geopolítica, sea desde su perspectiva, sea desde la perspectiva de disciplinas como el ordenamiento espacial o la organización territorial, se nos hace que la materialización de ese proyecto, que se halla en estado de preejecucion, al menos merece que se formulen conjeturas acerca del impacto que podría tener en el Cono Sur de América del Sur y particularmente en Argentina.

En este tipo de desarrollo, vale la pena, antes de continuar, apuntar algunos cánones técnicos.

Un caballo de fuerza(H.P.), arrastra. 150 kilos sobre el camino pavimentados; 450 kilos sobre la vía férrea y 4.000 kilos sobre el agua(o flotando en el aire, cuando se emplean dirigibles).

De la economía política clásica, viene la noción de que el transporte, entendido como desplazamiento de mercaderías, personas o correspondencia, forma parte del fenómeno de la circulación física. De allí se colige que cuando mas baratos sean los fletes(costo del transporte), mayores posibilidades de intercambio de las producciones.

A partir de la crisis petrolera de 1973, que sincero los precios del petróleo, y teniendo en cuenta la creciente escasez de los hidrocarburos, se han generado búsquedas afanosas de metodología del transporte, que neutralicen esos efectos que se consideran perniciosos.

Claro que para emprender esos ajustes, se hacen necesario habérselas con las infraestructuras preexistentes y las poderosas estructuras de intereses creados, que lógicamente serian susceptibles de modificarse ante los reordenamientos emergentes.

La experiencia nos ha enseñado que los cambios en materias de estructuras de comercialización e infraestructuras anexas son muy lentos. Aveces una tecnología irrumpe, y uno puede a llegar a creer que los impactos serán casi inmediatos. Sin embargo las resistencias del "status quo", existen. Así por ejemplo sucedió, con el container, que llevaba implícito el concepto de "unitarización de la carga".

Hoy muchos puertos tradicionales de Sudamérica como Buenos Aires y Montevideo, están atiborrados de containers. Finalmente la unitarización de la carga se impuso para las cargas generales y refrigeradas.

Volviendo al tema que nos ocupa, y aunque parezca de perogrullo, hay una serie de ingredientes que a nuestro juicio nos inducen a arriesgar algunas proyecciones sobre llevar la profundidad del Puerto de Río Grande a 60 pies de profundidad.

En este punto debiéramos remontarnos a la firma del Tratado de la cuenca del Plata en 1969, que es el instrumento que sentó las bases de infraestructura sobre las que luego de habría de plasmar el Mercosur.

Debe recordarse que hasta fines de la década del sesenta los intercambios entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, se hacían a través del transporte por agua y en ínfimas proporciones utilizando el medio aéreo. Solo existía el puente ferroautomotor de Uruguayana y Paso de Los Libres y una conexión ferroviaria entre Argentina y Brasil , a través de Santa Cruz de la Sierra, muy extensa y de tráficos muy débiles.

A partir del tratado de la cuenca del Plata, se fueron inaugurando puentes como Fray Bentos/Puerto Unzue, Colon/Paysandu, Concordia/Salto, Corrientes,/Resistencia, el túnel subfluvial Santa Fe/Paraná, Zárate/Brazo Largo, Encarnación/ Posadas, Puerto Iguazu/Foz do Iguazu, un puente sobre el Río Paraguay, el puente sobre el coronamiento de la presa de Yacireta y Santo Tome/Sao Borja. Estas son  realidades, a las que se suma el emprendimiento Rosario/Victoria y tal vez el puente entre Colonia y la costa argentina. A ello debería agregarse la profundización del canal  de Martín García

Dichos puentes y el túnel subfluvial, permitieron la plena utilización de los sistemas carreteros argentinos y brasileros y uruguayos, previa o simultáneamente pavimentados.

En la ultima década, estimulados por el ostensible mejoramiento de las relaciones argentino - chilenas, han proliferado los proyectos destinados a optimizar y mejoras los pasos cordilleranos y el empleo de los puertos chilenos, que han recibido una sensible mejora

Es por ello que los verdaderos artífices del Mercosur y la conexión a Chile han sido los camioneros. Resulta paradógico como el transporte automotor, con costos superiores, puedo desplazar al transporte por agua y al ferrocarril en tráficos donde los mismos eran fluidos antes de las obras de infraestructuras someramente enumeradas.

Las políticas de liberalización económica que se vienen aplicando en la ultima década, han introducido nuevos ingredientes al empleo de estas infraestructuras. Así el cobro de los peajes y la privatización de los servicios ferroviarios, portuarios, de dragado y balizamiento y aun aéreos. Esto supone que los mecanismos del mercado han entrado a influir sobre la actividad económica.

En una primera aproximación podemos arriesgarnos a decir que llevar a sesenta pies el puerto de Río Grande, impactará sobre los intercambios del Mercosur ampliado a Chile en función de la infraestructura preexistente y las reglas de juego del mercado.

Creemos que una variable de ajuste será el costo creciente del combustible, otra aunque aun no se pueda ponderar, es el empleo intensivo de las tecnologías de la información, que contribuirán a la fluidez y la mayor transparencia de las transacciones.

Cuando en 1977, iniciamos la publicación de nuestros escritos, ya en ellos constaban las implicancias de puertos como el de Río Grande. Ya por ese entonces - la profundidad del puerto tuvo cuarenta(40)pies a partir de 1970 -  influido por el estado de las relaciones entre los países de la Cuenca del Plata, aparecía como un proyecto neutralizador de puerto de "aguas profundas" en la Coronilla( proyecto luego actualizado a La Paloma). También vienen existiendo proyectos portuarios en la boca argentina del río de la Plata. Pero aquí se confrontan una realidad en marcha con proyectos .

Mas el "superporto de Río Grande", reiteramos es una realidad en marcha. Vamos a dar alguna precisión al respecto. El puerto esta situado en la desembocadura de la Lagoa dos Patos, junto a la ciudad del mismo nombre fundada en 1737. Situado a 32 grados 07 minutos y 20 segundos de latitud sur y a 52 grados 05 minutos y 36 segundos de longitud oeste de Greenwich .Para ubicarse mejor, en latitud este puerto esta situado a la altura de la ciudad argentina de Villa María en la Provincia de Córdoba. Se trata del ultimo puerto de Brasil en dirección sur.

Desde el inicio de sus actividades, el puerto pudo ir respondiendo a los requerimientos de expansión, tanto en lo que hace a superficies disponibles para operaciones como a profundización.

En el marco de un crecimiento exponencial del trafico de contenedores durante la ultima década, se ha abierto el proceso licitatorio que conduzca a la profundización del puerto a 60 pies ,en un plazo aproximado de cinco años. Sus promotores, estiman que de ese modo se podría incrementar la captación de carga conteinerizada que actualmente va a los puertos de Montevideo y Buenos Aires.

Devenido en una suerte concertador del Mercosur, el mismo podría redespachar carga  por vía marítima( mediante el empleo de la tecnología "barcazas de ultramar", fluvial, ferroviaria, carretera, aérea y aun empleando la tecnologías de dirigibles /zepelines "híbridos", que próximamente, se comenzara a utilizar para llevar directamente grandes cargas desde los puertos hasta el sitio donde sean requeridas.

Un indicador de como las empresas vinculadas al puerto se preparan para este movimiento, que esta en marcha, es que el consorcio privado brasileño que gestiona la red ferroviaria sur de Brasil y que por ende atiende al puerto de Río Grande, paso en fecha reciente a gerenciar las lineas férreas de Argentina que llegan hasta Buenos Aires y la frontera con Chile. Las ventajas comparativas de este puerto, comenzaran a ser visibles cuando se inaugure el puente Victoria/Rosario, cuya habilitación coincidiría con el comienzo de operaciones  a 60 pies. Entonces podrá verificarse si es mas rentable que un container llegue a la ciudad de Córdoba, desembarcado en Buenos Aires o desembarcado en Río Grande.

En función de una penuria creciente de carburantes provenientes de hidrocarburos que inducirá forzosamente o a la optimización de su empleo o a su sustitución por otras formas energéticas, retomara todo su valor al ferrocarril, que en ultima instancia puede utilizar energía eléctrica( disponible en la región de fuente hidroeléctrica)para traccionarse.

Ademas se cuenta con las tecnologías de manipulación de carga, para pasar contenedores de una trocha(vitola) a otra, así como las tecnologías que suben el camión al vagón o  viceversa.

Llevar a 60 pies de profundidad el puerto de Río Grande, sugiere un salto exponencial  en la configuración de la Cuenca del Plata. Esto no supone, como se insinúo mas arriba, que se comience algo nuevo, sino que se acentúe un esquema de circulación económica, que se ha venido configurando en las tres ultimas décadas y cuyo punto de inflexión habría de ser la institucionalización del Mercosur. Pero una cosas son las progresiones matemáticas y aun las geométricas y otro es el empleo del termino exponencial, que es lo que nos sugiere al menos a nosotros la magnitud de 60 pies de profundidad.

Debiera recordarse, a lo efectos de una mejor apreciación de este desarrollo, que los puertos de Montevideo y de Rosario, alcanzan una profundidad de 32 pies, y para llegar a ellos se necesita atravesar por canales cuyo mantenimiento es oneroso. Hay que llegar hasta Bahía Blanca para tener profundidades de 40 pies, mas  para llegar a sus puertos debe también navegarse por una ría que requiere dragado con el incremento de costos consecuentes.

Debe señalarse que los puertos argentinos mencionados como así también el de Quequén, cuya profundidad es de poco mas de 30 pies, son puertos exportadores de cereales, salvo Buenos Aires que  atiende tráficos containerizados y que por esa característica, como también Montevideo, se tornan competitivos con Río Grande.

No obstante, el empleo sistemático de la tecnología "barcaza de ultramar", concentrando o desconcentrando carga en Río Grande, no solo mantendría los tráficos de los puertos mencionados, sino que posibilitaría la intensificación y aun la reactivación del sistema de puertos existente en el dilatado litoral marítimo fluvial de argentino.

De mínima lo precedentemente descripto es una invitación a meditar sobre  escenarios posibles que la obra publica comentada y la infraestructura preexistente que le resultara funcional, podrían proyectar sobre la región.

Buenos Aires, 02 de febrero de 2000

 

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