REVISION EN EL BARCO

Aprovechando que tenemos la cubierta despejada, es ahora el mejor momento para llevar a cabo una serie de verificaciones a todo el material que permite una correcta función de la arboladura.

Sujeción del palo

Estado de la carlinga, de su fijación y de toda la zona de la base para detectar posibles fatigas y corrosiones. Revisar los tensores bajo cubierta si los hubiere. Inspeccionar la fogonadura y sus cuñas, así como el sistema de protección contra entradas de agua. Comprobar el estado de los cadenotes, tanto en el exterior como en el interior. Minucioso examen de todos los tensores y sus roscas, así como de los sistemas para impedir su giro. Reconocer los distintos herrajes que soportan estay, baquestay y burdas, incluyendo bulones y grilletes.

Acastillaje correspondiente

Chequear el carril de escota de mayor, regulación del carro y escota de mayor, deteniéndose especialmente en poleas y mordazas. Revisar estado y funcionamiento de la contra de mayor. Comprobar las poleas y reenvíos de maniobra, así como las mordazas y cornamusas. Reconocer el interior de la cabina para detectar entradas de agua por la tornillería que sujeta el acastillaje, pues es buen momento para desmontar y sellar. Prestar especial atención a las poleas arraigadas en cubierta a pie de palo. Verificar el estado de las carrileras del genoa, así como de los carros y del sistema de regulación de los escoteros.

Imágenes poco frecuentes y que deberían verse más en nuestros puertos. El periódico reconocimiento de la arboladura y su puesta a punto deben estar en la mente de todos los patrones.