6 Los flaps

Los flaps o deflectores móviles son unos apéndices planos, generalmente metálicos, que se sitúan al final de la carena, en la parte más baja del codaste. No tienen nada que ver con el funcionamiento del motor y sólo intervienen en función de las corrientes de agua generadas por el

propio avance de la obra viva. Esto significa que su aplicación está muy indicada en los barcos equipados con ejes, puesto que la mayoría de los ejes son fijos, lo que imposibilita cambiar la inclinación de las hélices para modificar el asentamiento del barco; sin embargo, los flaps pueden ser utilizados en cualquier barco, con independencia de su envergadura y tipo de transmisión, y también en combinación con el power-trim.

Ejemplo de flaps incorporados en el interior del casco.

Los flaps tienen una función parecida a la del trim, pues pueden variar la estabilidad longitudinal o colaborar al planeo de la embarcación, pero, además, también sirven para estabilizar el barco lateralmente cuando existen cargas irregulares o viento.

La inclinación de los flaps -uno a cada lado- puede regularse individualmente y su movimiento se consigue mediante uno o varios pistones hidráulicos situados en su parte superior, accionados eléctricamente desde el puesto de gobierno. Para que los flaps actúen es necesario que estén hacia abajo, pues si están recogidos no actúan, al no modificar el flujo de agua que expele la obra viva. "Meter flaps" significa bajarlos para que su actuación sea palpable.

Flap situado en el lado de estribor de una embarcación. Atención: el ánodo autosacrificante nunca debe pintarse, pues anula su eficacia.

La intervención de los flaps se hace necesaria -en un barco de cierta envergadura- cuando se acelera en busca de la posición de planeo. Sin ellos se tarda más en alcanzar la posición de planeo, clavando la popa en el agua, levantando la proa y sosteniendo una posición absurda e incómoda, parecida a la que tiene un avión en el momento del despegue. Basta bajar los flaps para empujar la popa hacia arriba, la proa bajará y el barco adoptará una posición tal que la cubierta quedará casi paralela a la horizontal, con lo cual se mejorará en velocidad, autonomía y comodidad.

Cuando el mar está en calma, una vez alcanzada la posición de planeo, es preferible recoger un poco los flaps, para disminuir el rozamiento; la proa no debe clavarse en el agua. Si el viento lateral es de tal magnitud que el barco tiende a escorar, es necesario bajar el flap del lado de sotavento.

Basta observar el horizonte hacia proa para percibir si el barco escora hacia uno u otro lado por razones de carga; para nivelarlo siempre es necesario bajar el flap del lado hacia el que escora el barco, con la finalidad (le levantar la popa en ese lado.