SECCIÓN DEL TUBO

Que un palo de madera es macizo es irreversible. Un viajecito por el mundo de la física nos permite deducir que en un tubo macizo las fibras interiores colaboran poco con su resistencia, pues observaremos en su parte cóncava un trabajo de compresión, y en su convexa uno de extensión, quedando casi inerte el alma interior. Sólo hace falta observar cómo la naturaleza resuelve este problema, ahuecando los huesos. Casi la misma resistencia, mayor flexibilidad y peso inferior. Este recurso es aplicable al tubo de la arboladura: se logra reducción del peso y aumento de la elasticidad.

Desde las primeras secciones metálicas a los finísimos aparejos de regatas se ha producido toda una revolución. Para comprender un poco esa tecnología, los diseñadores se basan en el concepto de "momento de inercia".

La resistencia del tubo es proporcional a la superficie del material en sección y a la distancia del material respecto al eje del tubo, pero con la sorpresa de que la distancia actúa al cuadrado. Hablando en plata, influye más el diámetro del tubo que el grueso de la pared. Así resulta que un tubo de mayor sección posee una pared más fina.

La búsqueda del máximo rendimiento obliga a usar secciones más finas, que evitan las fatales turbulencias de viento en la mayor, aumentan la elasticidad y minimizan el peso. Pensemos que el centro de gravedad de la arboladura está varios metros por encima de cubierta, lo que obliga a lastrar mucho el barco para mantener los momentos de adrizamiento adecuados.

Aguantar un palo fino de sección exige una proliferación de la obencadura, además de dotar al tubo de refuerzos puntuales para resistir la compresión. Es normal reforzar desde la base hasta encima del pinzote de la botavara y también las zonas de descarga de las crucetas con segundas y hasta terceras pieles interiores. Sobre todo en su paso por la fogonadura. Un palo queda más sujeto transversalmente, gracias a la obencadura y crucetas, que longitudinalmente. Por esta razón la sección es alargada, ya que pocos reglajes le asisten longitudinalmente.

 

Es muy importante que el palo no flexe nunca hacia proa, proyectando la panza hacia popa, fenómeno denominado inversión. Ni el diseño del tubo ni el del conjunto de obenques y crucetas están pensados para ello. Mucha atención: las consecuencias de una inversión pueden acarrear el desarbolado.