10. CAPEAR A PALO SECO

 

Este sistema se ha demostrado muy eficaz, sobre todo en los veleros de diseño actual, es decir, de fondos planos y quilla y timón finos y más profundos que los de los veleros de quilla corrida.

Para capear un temporal se suelen explicar, en los programas de las titulaciones oficiales, las maniobras clásicas con tormentín o mayor de capa, velas que generalmente se supone que todo el que piense hacer navegación de altura lleva a bordo y son de dimensiones muy reducidas a la vez que están bien reforzadas.

Aun suponiendo que dispongamos de dichas velas -raro es encontrar hoy día un velero con mayor de capa-, se puede dar el caso que con el tormentín la proa arribe demasiado, o que incluso sea demasiado grande para aguantar las rachas atemporaladas.

También puede ocurrir que las velas de viento se hayan rifado. Pues bien, si el velero es, como hemos dicho, de fondos planos y desplazamiento ligero, en relación a su eslora, puede darse el

caso que sus condiciones óptimas para capear sean a palo seco. La operación consiste en ofrecer una amura a la mar y compensar la tendencia a la arribada metiendo pala de timón a barlovento.

La obra muerta y la jarcia ejercen de superficie vélica y el barco se queda mansamente entre dos aguas.