SIMETRIA TRANSVERSAL

Cualquier aficionado a la vela ya sabrá que existen diferentes tipos de geometrías en las arboladuras. Topes de palo, aparejos fraccionados, crucetas retrasadas, aparejos autoobencados, etc... Pero una norma de oro común a cualquier tipo de arboladura es la simetría transversal, aunque la excepción confirma la regla. El palo de una plancha de vela se mantiene a barlovento del plano perpendicular a la tabla. También el revolucionario catamarán Fujicolor monta unos obenques con cilindros hidráulicos para variar la caída del palo.

El punto de partida de cualquier trimado del aparejo es que el palo esté completamente vertical sin caer a ninguno de los dos costados. Es decir, puesto el casco en situación de escora nula, la perilla debe proyectarse verticalmente sobre la línea de crujía.

Existen distintos métodos para comprobar la verticalidad transversal, siempre basados en la igualdad de medida desde la perilla, hasta el costado. El método más rápido y sencillo es el del cubo de agua colgado de la driza de la mayor. Llenamos un cubo con agua hasta la mitad y lo colgamos del grillete de la driza de mayor. Luego llevamos el cubo a un costado por debajo de la regala, y con un rotulador marcamos sobre el cabo el punto de contacto con dicha regala. Sólo nos queda comprobar la medida al otro costado.

Método del cubo, el más sencillo para apreciar si el palo está centrado. Una vez marcada la driza en un costado, comprobaremos si coincide la marca en el otro.

 

Este sencillo método presenta un problema si la polea de la driza no está en el centro de la perilla, situación habitual si el palo lleva amantillo de botavara. En este caso, si buscamos la máxima exactitud, no tendremos más remedio que izar a un tripulante hasta la perilla para tomar medidas desde el centro, usando a ser posible una cinta métrica metálica y tirando con la misma tensión a los dos costados. La gran ventaja del sistema del cubo es que la tensión generada por el peso del agua es la misma en las dos bandas.