TOPE DE PALO CON DOS CRUCETAS

Una vez explicado el caso anterior, sólo debemos extrapolarlo a dos crucetas. En este caso nos encontraremos con obenques altos, medios y bajos. Como siempre, empezaremos centrando en puerto el palo trabajando los altos. Y también en puerto tensaremos los bajos y los medios correlativamente a cada costado hasta dejar el palo lo más vertical posible, sin que aparezcan curvaturas extrañas.

Aparejo a tope con dos crucetas planas. Se observa el estay de trinqueta, regulado por una burda y el babyestay que tira de la panza del palo hacia proa.

En estas condiciones, ya podemos salir a realizar el trimado en el mar. Mayor, genoa... y a ceñir. Otra vez bordes seguidos y variaciones pequeñas en la jarcia de sotavento. Y, en cuanto a normas, las mismas que en el caso anterior pero algo más complejas. Tendremos muy en cuenta la interacción de la jarcia de sotavento en la de barlo: debemos pensar que toda la jarcia es un conjunto que interactúa una sobre otra. Si a ambos costados la perilla cae a sotavento, falta tensión en altos. Pero si a un borde la perilla cae a sota y en el otro barloventea, quizás sea conveniente largar de la que barloventea antes que cazar más la que cae a sotavento, buscando no aumentar en demasía la compresión, pues la tensión de jarcia se transforma en compresión del tubo. Lo mismo pasa con la base de las crucetas. Si la base de una cruceta barloventea, deberemos largar antes de cazar la contraria. Si conseguimos un buen trimado pero en los tramos entre crucetas observamos curvaturas en el carril, es señal de que la compresión es excesiva y, debido a esa gran compresión, el palo no tiene más remedio que flexar en los tramos libres de sujeción. Llegados a este caso optaremos por destensar la jarcia correspondiente, ambos costados por igual, hasta enderezar ese tramo.